La palabra empresa etimológicamente viene del latín y su significado es “emprender alguna actividad que conlleva cierto riesgo”.
Una empresa es una unidad social y económica que busca ofrecer al mercado bienes o servicios para obtener una rentabilidad de ellos, agrupando “trabajo” -los recursos humanos- y “capital” –quien aporta los medios técnicos y las infraestructuras necesarias para iniciar y mantener una actividad con garantías-. Esta es una definición muy general de lo que es una empresa.
Pero todos sabemos que una empresa es mucho más que eso: es el lugar donde lo que hoy es una idea, mañana será una realidad; donde muchas personas se empeñan por dar lo mejor de sí mismas para satisfacer las necesidades de los clientes y también un lugar desde donde se puede contribuir al bien general, gracias a la creación de riqueza.
Hay múltiples clasificaciones de empresa:
- Por su forma jurídica: Sociedad Anónima, Sociedad Limitada, Comunidad de Bienes, etc.
- Por su tamaño: trabajador autónomo, microempresa (<10 de empleados), pequeña empresa (entre 10 y 49), mediana (entre 50 y 249 empleados) y gran empresa (a partir de 250 empleados).
- Por su ámbito de negocio: local, nacional, internacional, transnacional, etc.
- Por su consolidación en el mercado: emergente, aspirante, consolidada, líder.
La clasificación tradicional de empresas entre sector primario (el de extracción), secundario (el de transformación) y terciario (de comercialización y/o servicios) convive con otra clasificación alternativa, también tradicional, entre:
- Empresas industriales (de extracción o manufactureras)
- Empresas comercializadoras
- Empresas de servicios
En la actualidad surge un nuevo tipo de empresa, que es aquella que se dedica únicamente a la investigación científica a largo plazo, se trata de lo que llaman “empresas del sector cuaternario”, aunque sería en mi opinión más apropiado llamarlas de “innovación industrial”.
La empresa industrial es de las más complejas de todas las empresas, porque, fundamentalmente, su proceso de producción está (o debería estar) completamente estandarizado, suelen requerir requieren grandes infraestructuras, maquinaria y tecnologías complejas, y son generadoras de empleo de gran calidad. Puede haber empresas industriales grandes o pequeñas, pero todas ellas tienen en común la complejidad de su organización y estructura interna. La empresa industrial transforma unas materias primas en otra cosa, en su producto final, y además lo hace por medio de operaciones complejas en cantidades medias o grandes y aportando un significativo valor añadido.
La empresa industrial puede ofrecer unos bienes predeterminados o puede producir bajo pedido un producto único y diferente a los demás, por requerimiento de los clientes. A estas empresas se les llama de “producción y servicio”, que no fabrican para su propio stock, si no que una vez terminado el producto se procede a la entrega al cliente.
La empresa industrial cuenta, como mínimo, con un almacén para materias primas, para productos en curso y para productos terminados; departamento de compras; departamento comercial; área de producción; administración y finanzas y departamento de control del diseño (en el caso de que se trabaje por pedido) y el departamento de aseguramiento o control de calidad. Todos estos departamentos y/o áreas están coordinados por la Dirección de la empresa; las relaciones entre departamentos y las funciones propias de cada uno deben funcionar correctamente, el proceso de producción debe estar bien organizado y la estrategia y los objetivos bien identificados y definidos.
En menor medida existen también empresas industriales que prestan servicios, como podría ser por ejemplo una lavandería industrial. En este caso no hay transformación de unas materias primas en otra cosa, pero sigue siendo necesario contar con un almacén de productos principales, los productos auxiliares y otros necesarios para la actividad, y otro almacén para el producto terminado pendiente de servir.
La complejidad de la empresa industrial también reside en el colectivo social, donde pueden coexistir muchas y diferentes categorías laborales, desde el ayudante de producción no especializado hasta el ingeniero, pasando por oficiales, técnicos de varias categorías, coordinadores y mandos intermedios.
Por si fuera poco lo anterior (me refiero a la propia complejidad productiva) la empresa industrial compite en su sector con otras empresas similares, que tratan por todos los medios de mantener e incrementar su posición en el mercado. Para ello define metas y marca objetivos de productividad, calidad, atención al cliente, pues tiene que diferenciarse y destacar de la competencia para garantizar su sostenibilidad, gracias a sus precios competitivos, una amplia oferta de productos, por su calidad consistente, por su esmerado servicio de atención a los clientes, y por su capacidad para resolver contingencias con muy bajo coste.
El Director de la empresa industrial, pues, se enfrenta diariamente a muchos retos. Tiene que conseguir que la empresa funcione internamente, para lo que necesita muchos instrumentos y herramientas, y al mismo tiempo tiene que competir eficazmente dentro del sector.
Como Consultora de Estrategia Empresarial pongo a su disposición los instrumentos y herramientas de organización, los cuadros de mando más fundamentales y tradicionales, pero también aquellos más innovadores y diferentes para dirigir la empresa industrial o cualquier otra que persiga el éxito.
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