Cuando comencé a trabajar en el año 2011 en una empresa de Artes Gráficas no sabía los retos que se me iban a plantear. Pero sí sabía que iba a poder con ellos y pude.

Imagen gratuita de «jcomp» para freepik
Cuando comencé a trabajar en el año 2011 en una empresa de Artes Gráficas no sabía los retos que se me iban a plantear. Pero sí sabía que iba a poder con ellos y pude.
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No cabe ninguna duda de que la parte humana y emocional del trabajo cada día cobra más importancia en el mundo de la empresa. La motivación de los equipos de trabajo es una pieza esencial del organigrama interno, pero no podemos separarla de la persona que ejerce el liderazgo con inteligencia emocional.
Recientemente acudí a un evento de mujeres emprendedoras que se denominó «Desayunos con talento». Puedes leer sobre ese día aquí y aquí. Fue un momento especial de mi vida personal y profesional, donde más allá de talento, mi visión del trabajo y también de la vida, se enriquecieron con diferentes aportaciones de las participantes: valiosas historias de conocimiento, superación, esfuerzo y humanidad.
En la segunda parte de este artículo nos pusimos en contacto con la inteligencia emocional, tan necesaria para que la persona que ejerce el liderazgo pueda motivar a los demás y también motivarse. Es hora ya de hablar de motivación.
En la primera parte de este artículo relacioné, en una jerarquía tradicional, el papel de la persona que ejerce el liderazgo y que debe hacerlo con inteligencia emocional para poder crear ese espacio donde la motivación se mueve. En esta segunda parte, me centraré en la inteligencia emocional aplicada al trabajo.